Porque este mundo no te dará lo que mereces.
Te dará exactamente lo que te atrevas a arrancarle.
No naciste para arrastrarte entre migajas ni vivir atrapado entre miedos.
Naciste para levantar imperios con las manos llenas de heridas y los ojos llenos de fuego.
Cada segundo que dejas escapar, es un ladrillo menos en la construcción de tu leyenda.
Cada excusa es un veneno lento que te roba el alma en silencio.
¿Duele? Que duela.
¿Cansa? Que canse.
Pero que nunca, jamás, te detenga.
Lucha cuando tengas hambre.
Camina cuando estés roto.
Cree cuando todo esté en sombras.
Porque los verdaderos hombres no piden permiso para vivir intensamente.
Vienen al mundo a conquistarlo.
Y cuando termines tu batalla diaria…
ríe como un guerrero que sigue de pie.
Baila con tus cicatrices.
Bebe con tus hermanos.
Ama como si mañana fueras a morir.
Celebra cada instante como si fuera el último capítulo de tu historia.
Haz lo que sea necesario.
No por ambición vacía, sino por honor.
Por dejar huella.
Por no convertirte en ese viejo amargado que se arrepiente de todo lo que no hizo.
Haz lo que debas. Vive como si el universo te estuviera observando.
Y muere con la satisfacción de haber sido fuego, no ceniza.
Colibrí Místico 🦋
Notas Relacionadas
OPINIÓN
OPINIÓN
OPINIÓN
OPINIÓN
OPINIÓN
OPINIÓN
OPINIÓN
OPINIÓN