Cómo es Ad Astra, la escuela que representa la visión educativa de Elon Musk
Esta nueva institución, detalla un informe especial de Bloomberg, fusiona el enfoque Montessori con actividades que fomentan autonomía, creatividad y habilidades prácticas
>
Según reseña Bloomberg, Musk fundó la primera versión de Ad Astra en 2014, insatisfecho con lo que ofrecían las escuelas tradicionales. Ubicada dentro de las oficinas de El plan de estudios, intensivo en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), dio prioridad a áreas como inteligencia artificial y robótica, dejando de lado materias tradicionales para enfocarse en la resolución de problemas prácticos. Sin embargo, en 2020, la pandemia llevó al cierre de esta primera versión de la escuela, que se transformó en un programa en línea llamado Astra Nova. Ahora, Ad Astra resurgió como un proyecto rediseñado en Texas.La nueva Ad Astra retomó las lecciones de su predecesora, pero incorporó elementos del Recientemente, las autoridades de Texas emitieron un permiso inicial que permite a la escuela operar con hasta 21 alumnos, lo que despejó el camino para su apertura oficial. El sitio web de Ad Astra especifica que el programa está disponible para niños de entre 3 y 9 años, y la escuela ya publicó en su cuenta en X (antes Twitter) anuncios de empleo para contratar a maestros asistentes para preescolar, jardín de infantes y estudiantes de 6 a 9 años.En este nuevo esfuerzo, Ad Astra se asoció con Xplor Education, una organización con experiencia en la creación de escuelas Montessori exclusivas. Xplor Education, conocida por desarrollar Hala Kahiki, una escuela Montessori ubicada en Lanai, Hawái, ha trabajado previamente con multimillonarios como El enfoque Montessori, creado por María Montessori a principios del siglo XX, se centró en la autonomía del niño, fomentando la exploración y el desarrollo integral en un entorno cuidadosamente diseñado. Musk adoptó estos principios para fusionarlos con su visión de una educación enfocada en habilidades prácticas y en el aprendizaje tecnológico.La filosofía Montessori permitió que Ad Astra creara un espacio donde los estudiantes no solo aprendieran de manera autodirigida, sino que también aplicaran conceptos de ingeniería, matemáticas y tecnología en situaciones del mundo real.Elon Musk siempre fue un defensor de las habilidades prácticas como base para el éxito profesional. En 2018, durante una conferencia de Tesla, habló sobre la necesidad urgente de más electricistas a medida que el sector energético se expandía. Posteriormente, en el podcast de Joe Rogan en 2020, subrayó que “demasiadas personas inteligentes se dedican a las finanzas y al derecho”, en lugar de optar por carreras técnicas que, según él, son esenciales para el progreso social.“Tengo mucho respeto por las personas que trabajan con sus manos. Necesitamos electricistas, plomeros y carpinteros. Eso es mucho más importante que tener graduados en ciencias políticas”, afirmó Musk durante un evento en Pensilvania en octubre de 2024.Estas declaraciones reflejaron su visión sobre cómo la educación debe enfocarse en habilidades útiles para la vida, alejándose de lo que él describió como “propaganda social”. “Creo que necesitamos una reforma significativa en la educación”, añadió en un evento de campaña de Donald Trump, reiterando la necesidad de priorizar aprendizajes prácticos.La elección de Bastrop como sede de la nueva Ad Astra no fue casualidad. Este pueblo, a las afueras de Austin, se ha convertido en un eje de operaciones para las empresas de Musk, albergando instalaciones de The Boring Company y SpaceX. La cercanía con estas compañías permitió que la escuela atendiera tanto a los hijos de sus empleados como a la comunidad local.A pesar de su potencial, Ad Astra no estuvo exenta de críticas. Musk cuestionó públicamente los sistemas educativos tradicionales y rechazó las iniciativas relacionadas con diversidad, equidad e inclusión (DEI), argumentando que estas desviaban el enfoque de la enseñanza práctica hacia objetivos ideológicos. Estas posturas, sumadas a su participación en el ámbito político, generaron debates sobre las verdaderas intenciones detrás del proyecto educativo.
Aunque el enfoque de Ad Astra centrado en STEM y habilidades prácticas generó entusiasmo, también planteó preguntas cruciales. ¿Podrá este modelo ser accesible para comunidades menos privilegiadas? ¿Será capaz de equilibrar la tecnología con una formación integral?