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18 de noviembre de 2025
¿ HACIA DÓNDE VAMOS? RUSIA CREA UN EJERCITO DE NIÑOS UCRANIANOS PARA MATAR A SU PROPIO PUEBLO

A la sombra del conflicto, la inocencia de la infancia suele sacrificarse. La guerra en curso en Ucrania ha evidenciado una tendencia preocupante: el entrenamiento de niños ucranianos por parte de Rusia para luchar contra su propio país. Este reclutamiento de menores en las filas militares no solo plantea cuestiones éticas, sino que también pone de manifiesto la trágica manipulación de la juventud en la guerra.
Por Ariel Alejandro Lareu Da Peña.
Una de las organizaciones involucradas en esta práctica controvertida es Yunarmiya, un movimiento militar-patriótico juvenil ruso. Creado como parte de una estrategia más amplia para inculcar lealtad y nacionalismo, Yunarmiya ofrece un entrenamiento que glorifica el servicio militar, dirigido a niños de tan solo 10 años. Sus campamentos se centran en la aptitud física, las habilidades de supervivencia y el adoctrinamiento ideológico, preparando a estos jóvenes para el combate y robándoles su infancia.
El alarmante uso de niños en conflictos armados plantea profundos dilemas morales. ¿Cómo podemos justificar la participación de los miembros más vulnerables de la sociedad en enfrentamientos violentos? Las repercusiones no son solo inmediatas; se extienden por las comunidades, creando ciclos de trauma y perpetuando la violencia. Como se expresa con elocuencia: «Las guerras las pierden quienes las pierden, y las pierden quienes las ganan». Esta poderosa afirmación nos invita a reflexionar sobre el verdadero costo de la guerra, no solo en términos de territorio o poder, sino en la esencia misma de la humanidad.
En un mundo plagado de violencia, debemos cuestionar las normas que permiten que tales atrocidades persistan. El sufrimiento de estos niños, manipulados para convertirse en instrumentos de guerra, nos recuerda crudamente nuestra responsabilidad colectiva de proteger a los inocentes. Si de verdad deseamos poner fin al ciclo de violencia, debemos abogar con vehemencia por la paz y la preservación de la infancia, asegurando que ningún niño se vea obligado a convertirse en soldado en el campo de batalla de los conflictos de adultos.










