4 de noviembre de 2024
Más de un tercio de las especies de árboles están al borde de la extinción
Un estudio reciente revela que un alarmante porcentaje a nivel mundial podría desaparecer, comprometiendo servicios vitales como la regulación del clima y el soporte de la vida silvestre
Más de un tercio de las especies de árboles en el planeta está en peligro de desaparecer, según la última Evaluación Mundial de Árboles publicada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Este alarmante dato revela una creciente amenaza para los ecosistemas forestales, que desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la biodiversidad global y en la regulación climática.
Este informe fue presentado en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) en La UICN ha actualizado su Lista Roja de Especies Amenazadas, un referente mundial que cataloga el riesgo de extinción de diferentes especies, incluyendo plantas, animales y hongos. Esta herramienta esencial para la conservación ambiental permite evaluar periódicamente el estado de la biodiversidad global y orientar las estrategias de protección. Como parte de la última actualización, la UICN presentó la primera Evaluación Mundial de Árboles, que abarca más del 80% de las especies arbóreas conocidas.
Como explicó Grethel Aguilar, directora general de la UICN, los árboles absorben Además, los árboles producen oxígeno, estabilizan el suelo y previenen la erosión, manteniendo la calidad de los suelos y el equilibrio del ciclo del agua. Los bosques, formados en gran parte por diferentes especies de árboles, son el hogar de innumerables organismos, incluidos animales, plantas, hongos y microorganismos, cuya existencia depende directamente de los recursos y el hábitat que estos proporcionan. Como subraya Steven Bachman del Real Jardín Botánico de Kew en Pese a su importancia vital, los árboles enfrentan un conjunto de amenazas que pone en riesgo su supervivencia. Entre las más significativas, se encuentra la deforestación para la expansión agrícola. La tala de bosques para cultivos y la ganadería es una práctica extendida en numerosas regiones, especialmente en países con alta demanda de productos como la soja y el aceite de palma. La expansión agrícola no solo destruye áreas forestales enteras, sino que también fragmenta los hábitats naturales, dificultando la supervivencia de muchas especies de árboles.
Otra gran amenaza es la tala indiscriminada para la obtención de madera y para el desarrollo urbano e industrial. La demanda de madera y suelo urbano ejerce una presión constante sobre los bosques, dejando poco espacio para la recuperación natural de estos ecosistemas. Esta actividad se acelera en regiones donde el control y la regulación ambiental son limitados.Esta problemática varía considerablemente según la región, siendo En América del Sur, la región con mayor diversidad arbórea en el mundo, al menos 3.356 de las 13.668 especies evaluadas están en riesgo de desaparecer, lo que supone un gran desafío para la biodiversidad en países con vastas zonas forestales como Las islas presentan una situación única y especialmente crítica debido a su aislamiento geográfico. Muchas especies de árboles en estos entornos crecieron en pequeñas áreas específicas y en números limitados, lo que las hace extremadamente vulnerables a los cambios ambientales y la actividad humana.
Para frenar la extinción de especies de árboles, expertos y organizaciones de conservación han propuesto una serie de medidas destinadas a proteger y restaurar los hábitats forestales y asegurar la supervivencia de las especies en riesgo. Una de las estrategias principales es el aumento de áreas protegidas, que limita la explotación de los recursos naturales y permite que los ecosistemas forestales se recuperen de manera natural. La creación de estas zonas implica la implementación de normativas estrictas que prevengan actividades dañinas como la tala y la deforestación para uso agrícola o urbano.
Los jardines botánicos también juegan un rol crucial en este ámbito, ya que sirven como santuarios donde se cultivan ejemplares de árboles amenazados, lo que no solo permite preservar las especies, sino que también facilita estudios científicos y sensibiliza al público sobre la importancia de la conservación.
Además, la reforestación y restauración de bosques en áreas degradadas es una acción clave para compensar la pérdida de cobertura forestal. Estas acciones no solo recuperan el hábitat de las especies de árboles, sino que también benefician a otras especies que dependen de los mismos ecosistemas. En paralelo, muchos expertos señalan la necesidad de políticas y regulaciones más estrictas que limiten las actividades de deforestación y promuevan prácticas agrícolas sostenibles.