7 de septiembre de 2024
A 45 años del título Juvenil en Japón: madrugadas de fútbol con la magia de Maradona y los goles de Ramón Díaz
El recuerdo de aquel inolvidable campeonato en las voces de varios protagonistas. El rol de César Luis Menotti y el uso que la dictadura hizo de la gloria deportiva
El domingo 26 de agosto fue el momento del debut, en la lejana ciudad de Omiya y a las 7:20 de nuestro país. Eran tiempos donde no existía la televisión por cable y los cuatro canales recién iniciaban sus emisiones a media mañana. Pero allí hubo una excepción y ATC transmitió en directo, con Mauro Viale y Enrique Macaya Márquez como enviados, en una verdadera proeza para la época, a nivel comunicaciones. Argentina fue una aplanadora que superó a Indonesia por 5-0, con todos los goles convertidos en el primer tiempo: tres de Ramón Díaz y dos de Maradona.
Otro de los enviados especiales para ese torneo fue Juan Carlos Morales, excelente relator, que trabajaba en radio Rivadavia, la emisora líder, en el equipo de José María Muñoz. Para él fue una experiencia inolvidable: “Me enteré pocas semanas antes que iba a tener que hacer la travesía hacia Japón, sin demasiada preparación. Llegué unos días antes que se inicie el torneo junto a Tito Junco, que iba a ser el comentarista y de a poco nos fuimos juntando los pocos enviados argentinos. Era toda una historia muy particular, porque el enlace se hacía por línea telefónica vía España y de allí a nuestro país. En el partido contra Polonia, por ejemplo, hasta los 20 minutos, solo llegábamos hasta Madrid y no entraba en Buenos Aires. No teníamos buen retorno, por supuesto. Si la línea se quedaba en algún lado, chau, no iba más (risas). La atención que nos brindaron los japoneses fue fantástica, eran de avanzada. Tras ese inconveniente, les fuimos a reclamar y se querían morir. Nos pedían disculpas de todos los modos posibles”.
Otro domingo y otro madrugón, como la semana anterior, para poder ver los cuartos de final, de un equipo que ilusionaba cada vez más. El rival era Argelia, que había tenido una buena fase de grupos. Pero Argentina volvió a demostrar sus virtudes, sobre todo el poderío de ataque, para sellar otro 5-0 concluyente, con tres conquistas de Ramón Díaz, una de Maradona y la restante de Calderón. El martes 4 esperaba Uruguay en la semifinal, en la que, para muchos, podría ser una final anticipada. El primer tiempo fue parejo y con jugadas al límite de ambos lados. Al comenzar el complemento, una mala salida del fondo Celeste fue aprovechada por Escudero, que eludió a un defensor y asistió a Ramón Díaz, quien definición con frialdad y certeza. Un rato más tarde, Maradona de cabeza puso el 2-0 definitivo.Había llegado el momento del partido decisivo ante Unión Soviética en la mañana argentina del viernes 7 de septiembre. Horas antes A miles de kilómetros y ajenos al clima que se generaba por estas tierras, los muchachos del juvenil estaban listos para el mayor desafío. Apenas comenzado el segundo tiempo, un balde futbolero de agua helada cayó sobre todos con el gol de los soviéticos, pero 15 minutos más tarde, la historia comenzaría a cambiar en uno de los momentos más trascendentes en la carrera de Hugo Alves, que así lo evocó: “Arrancamos perdiendo 1-0 hasta que el árbitro nos dio un penal. Y ahí recuerdo una anécdota, porque Guillermo Nimo, por televisión, decía: ‘¿Cómo puede ser que estando Maradona los penales los pateé Alves?’ Y la verdad que tenía razón (risas). Como ocurría todas las veces, Diego venía a pedírmelo y yo le respondía: ‘Rajá de acá. Era un irresponsable bárbaro (risas). Pude convertirlo, porque fui con mucha fe. Yo era el designado, porque Menotti había hecho una competencia entre todo el plantel, donde llegamos con Diego a la final y se la gané”.Podrían haber surgido algunas dudas lógicas en ese momento, pero nada de eso pasaba por la cabeza de esos chicos, seguros de los que estaban haciendo, como rememoró Juan Simón: “Nunca pensé que esa final se podía escapar. En el video se puede observar que después del gol de ellos, seguimos tocando en todos los sectores de la cancha, porque estábamos convencidos de la idea y disfrutábamos de jugar juntos. Obviamente que era un partido complicado y contra un rival durísimo, pero sabíamos cuál era nuestro potencial”. Tres minutos después, el Pelado Díaz tomó una pelota en el centro del campo y aceleró a su estilo, de manera incontenible para cualquier adversario, definió cruzado para el 2-1 y solo mediaron unos instantes para que Maradona de tiro libre, sellara el score definitivo.Quizás por la onda expansiva de lo ocurrido un año antes, por la presencia de Maradona o el deleite que daba verlos, se generó una inmensa expectativa. ¿Ellos eran conscientes? Simón tiene la respuesta: “Por medio de los enviados de la televisión, teníamos información de lo que ocurría aquí, aunque las comunicaciones eran totalmente diferentes, al punto que yo hablé con mi familia solo una vez a lo largo del torneo. La gente se identificó mucho porque jugábamos bien, estaba el Flaco Menotti y también Diego, que ya era una figura internacional. Sabíamos de la repercusión, pero nunca imaginamos el tremendo recibimiento, más allá que todos saben que fuimos vilmente utilizados, a tal punto que mandaron un avión de la Fuerza Aérea a Brasil para buscarnos, que nos llevó a Aeroparque, de allí en helicóptero a la cancha de Atlanta y luego en micro a la Casa de Gobierno”.
Para Gabriel Calderón, la influencia de Menotti fue decisiva: “Fue el entrenador que más me enseñó a nivel táctico y me ordenó dentro de la cancha. Aquel equipo fue maravilloso en juego y con estadísticas contundentes: ganamos los seis partidos, marcando 20 goles y recibiendo apenas 2. Fue un comienzo de carrera ideal para todos nosotros con la emoción de ser campeón del mundo tan lejos de casa. El gran mérito de César fue crear un fútbol ofensivo gracias a potenciarnos a cada uno de nosotros, con un eje de ataque letal que conformé junto al Pichi Escudero, el Pelado Díaz y Diego”.