GENTE
2 de noviembre de 2022
LAS MEJORES HISTORIAS INSPIRADORAS.-

Abuelita de 93 años terminó la primaria y su bisnieta fue su profesora.-
Generalmente los años escolares se viven durante la niñez y juventud, pero hay que recordar que cada persona debe recorrer un camino diferente en esta vida. Es así como algunos se ven obligados a posponer sus estudios para trabajar.
Por eso, los casos de abuelitos que se animan a cumplir sus sueños académicos y retoman sus estudios nos inspiran muchísimo. Sin importar las arruguitas o el cansancio, ellos demuestran que nunca es tarde para cumplir nuestras metas.
La deserción escolar es un problema que afecta principalmente a las niñas alrededor del mundo. De acuerdo con la UNESCO la desigualdad de género en las aulas está muy presente en los países marginados o afectados por conflictos.
Blanca Ida Saavedra es un claro ejemplo de las estadísticas. Nació en la zona rural de Uruguay llamada Flores y a los 8 años tuvo que decirle adiós a la escuela.
A pesar de su amor por aprender, pudo estudiar sólo hasta tercero de primaria. Sus padres requerían la ayuda de todos sus hijos (9 en total) para trabajar en el campo sembrando maíz.
Durante el breve periodo en el que asistió a clases, Blanca se trasladó a pie. Caminó 6 kilómetros de ida y vuelta, completamente descalza, para adquirir conocimiento.
Una vez casada, la mujer tenía claro que no prohibiría el placer de aprender a sus cuatro hijos. Ella, con el sueño frustrado de ser maestra, siempre los incentivó a estudiar por encima de cualquier cosa.
Así fue como una de sus hijas heredó y cumplió el anhelo de su madre al convertirse en docente e inspectora escolar.
Más tarde, la familia se agrandó con la llegada de los bisnietos. A Blanca, ya con 93 años, se le presentó la oportunidad de concluir la escuela primaria.
«Mi bisnieta también enseña. Me pasa a buscar y vamos juntas a la escuela. Asisto tres veces por semana y estoy más feliz, me distrae y la mente no se me achica tanto» contó a El país Uruguay.
Pese a tener problemas de vista, la bisabuelita no se rinde, así que le pide a su bisnieta que haga las letras y números grandes para que los pueda leer. También demanda que no se use lápiz con ella, pues pinta demasiado tenue.
¡Y una vez que concluyó la primaria comenzó a estudiar la secundaria!