A ese futuro lejano lo hemos alcanzado. Llegó a la Argentina con el concepto de la post verdad, de la mano de los Kirchner. Y sigue siendo parte central de la comunicación política deficiente que tenemos. Nos ha parado en este borde. Y desde ese miserable 53% del padrón electoral que concurrió a votar en Santa Fe (los porcentajes históricos normales han rondado el 80%), es desde donde miramos en el horizonte las elecciones de legisladores de CABA del próximo 18 de mayo.

Con la pésima performance de LLA en las elecciones de Santa Fe, apenas un 7% del padrón electoral, o un 14% si solo se consideran los votos efectivos, como han preferido mostrar todos los partidos participantes, para atenuar el bochorno, el gobierno nacional ha decidido poner toda la carne en el asador.

Ha elegido a su “mejor candidato". No por sus capacidades como decían al hablar de meritocracia. El elegido carece de virtudes intelectuales y políticas. Su único mérito es la sumisión total. Su fidelidad incondicional a Karina. Su voluntad de poner la cara para justificar lo injustificable. Es el único valor en su pobre escala y es la única causa por la que es conocido. Y el único motivo por el que mide algo más que los otros posibles, que no llegan ni a esos lastimosos porcentajes. Hablamos del insípido pero arrogante Manuel Adorni, que, siendo un candidato seguramente testimonial, va a dar batalla.

Porque ya no es el objetivo ganar. El objetivo es ganarle el segundo lugar al PRO y no quedar terceros, como en la malograda elección litoraleña. Debido a que los números del vocero dan bastante mal, tuvieron que apurar el traspaso de “la siempre fiel a sus ideas”, Patricia Bullrich, que abandona el Pro y se afilia a las apuradas a LLA. Todo sea para que los electores distraídos del PRO en CABA, sepan que para apoyar a Patricia hay que votar a las “Fuerzas del Cielo”. Ahora Pato es Milei, Milei es Adorni, Adorni es Pato, o algo así.

Pero volvamos a Adorni. Nuestro muchacho está dispuesto a decir cualquier cosa.  Todo sea por la causa. Ha cambiado el atril de vocero presidencial por un escenario de standapero. Elige cada momento inoportuno para darle crédito a su torpeza. Ha mentido y se ha burlado de todos.

• No ha podido explicar por qué ha quedado estancado durante tres meses, el proyecto de ficha limpia. Y ahora, menos puede explicar por qué el Presidente le pide ayuda a Rovira para hacer caer la ley. Porque la decisión es confrontar con Cristina y mantener al electorado polarizado.

• Tampoco pudo explicar los bloqueos permanentes del oficialismo a la creación de una comisión investigadora del caso $LIBRA. Nuevamente, la postergación llega de la mano del oficialismo. Otra vez, han apelado al amigo Rovira, el mismo de ficha limpia, quien sigue poniendo palos en la rueda a la hora de tratar el tema. El temor es que la citen a declarar a Karina. Y eso no lo pueden permitir. No importa la verdad. Importa solamente proteger a quienes dan las órdenes. Algo así como ser un obsecuente con patente de chupa medias.
• Con sorna y un humor siempre inoportuno, defiende la prepotencia mafiosa de Santiago Caputo, el monotributista a cargo de los servicios de inteligencia del Estado. El matón del pelotero encargado de amedrentar legisladores y ahora también, fotógrafos. “Quería pedirle la foto para ver si salió bien”, respondió el candidato a la hora de las preguntas.  Lo afirmó dos veces en sus aburridas exposiciones matinales, desde su cargo de vocero oficial y bufón del rey. Mientras esto ocurría, el monotributista incrementó su disponibilidad de efectivo de fondos reservados en varios miles de millones, peso más, peso menos. En YPF, la necesidad de estos fondos destinados a publicidad pre electoral se ha hecho sentir.

El estado de las cosas.

(Del Veo Veo al Gallito ciego)

Resulta inaceptable que un candidato pueda burlarse de los mismos ciudadanos que quiere representar. Burlas, faltas de respeto y desprecio, en sociedades normales, serían motivos suficientes para entender que no puede ser votado ni elegido para nada. En estas elecciones de CABA, el objetivo de LLA no es ganar. Es vencer al Pro y quedar en segundo lugar. Un resultado menos peor. Pero esta jugada para evitar Ficha Limpia e incentivar la polarización, no ha hecho otra cosa que posicionar a Lospenato como la víctima que se enfrenta a un monstruo de siete cabezas. Su intención de votos crece día a día, justo una semana antes de las elecciones.

Rápidamente empezaron las campañas de comunicación para reducir los efectos negativos. Primero, apareció el presidente diciendo que quiere volver a hacer teatro con rubias voluptuosas en el Muro de Berlín (La misma estrategia que los mendocinos recordamos de un tal Max Gregocic, no sé si lo recuerdan. El del diario de Hitler y su residencia en Guaymallén. Una mentira tan desmesurada que nadie supuso que era la pantalla para ocultar una mega estafa). Después, cuerpeó con la campaña para plebiscitar ficha limpia, levantó el dedo acusador y señaló las culpas de los vendidos. Pero para que alguien se venda, tiene que haber quien lo compre. Le faltó mencionar que por ahí pasó la chequera del gobierno nacional.

Aunque todo sea obvio, es vital aclararlo, ya que, en la confusión, nadie entiende nada y todos quedamos confundidos. Porque, en definitiva, el Gobierno Nacional quiere mantener al electorado polarizado. Y Ficha Limpia va en contra de ese plan.

Esta evidente, alevosa y, sobre todo, berreta maniobra, los ha expuesto en su verdadera dimensión. Tan mentirosos como estúpidamente torpes. Aclaremos, entonces. No han venido por una Argentina mejor. Han venido por un mísero proyecto de poder individual. Dejemos de lado lo que dicen hacer y veamos lo que concretamente están haciendo. Todo se reduce a negocios financieros

Cuando las cosas se ponen así de confusas, es bueno volver a Chesterton. Porque en estos tiempos, también hay que explicar lo que parece, pero no es.

Un circo electoral con candidatos de cotillón

Mientras en CABA el kirchnerismo lleva de candidato a Leandro Santoro, y un radicalismo mal representado no divide votos, la derecha abre una gama de posibilidades enormes. Se ha atomizado y dilapidado su caudal electoral en una lucha de egos iniciada por Karina y los Menem. Han conseguido entre 9 o 10 propuestas electorales para el espacio de Centro y Derecha.

• El outsider Caruzo Lombardi.
• Otro Santoro, Yamil, con nombre como para sembrar más confusiones.
• Rodríguez Larreta, que por lo que se puede ver hasta ahora es el único que entiende de qué se trata

esta elección.

• Marra, desplazado y maltratado por LLA en pleno.
• Lospenatto que viene a mantener viva la presencia del Pro en su distrito fundacional.
• Adorni, el inescrupuloso.
• Kim, que va por los votos de la derecha peronista de la mano de Moreno.
• Biondini, apelando al voto de un Nacionalismo duro. 
• Marcelo Peretta, que viene del riñón de Bulrich y, desilusionado, se aleja de ella.
• Podemos también sumar a Paula Oliveto. Aunque el ARI es más socialista, en las actuales condiciones, son vistos como derecha. O tienen votantes que se mueven en ese sector.

Entre todos se reparten un electorado de no menos del 50% y como dijimos, el único que no divide electorado es Santoro el Radical kirchnerista, de quién se espera una buena performance, aunque muchos dicen que la sorpresa de esta elección, van a ser Lospenatto y Rodríguez Larreta. Pronto lo sabremos.

En medio de esta campaña, nada es motivante. Se ha armado un sainete berreta en el patio del conventillo. En el centro de la escena está la pelea interna por el manejo del poder. Kari, el califato de los Menem, versus los chicos de las redes, Caputo, el gordo Dan, y todos esos especímenes. Los Menem quieren una fuerza propia. Caputo, frentes electorales. El sultanato no resiste otra derrota. A partir de ahora, si Adorni sale tercero, van a perder esa mísera cuota de poder, ganada a fuerza de genuflexiones y obsecuencias. Por eso, no llama la atención, que se estén descubriendo, justo ahora, los chanchullos del PAMI, del ANSES y su uso para financiar la militancia política de LLA, cada vez más “casta” y adicta a los vicios que tradicionalmente ha utilizado la política. Que, dicho sea de paso, era lo que veníamos a combatir y, por lo que se ve, han aceptado.

A medida que pasa el tiempo y se acercan las elecciones, todo se presenta con más locura, más bizarro y estúpido. En esta interna de delirantes todo es posible. Hemos visto al área de Santiago Caputo, pidiendo “correctivos” para los que piensen distinto.  Solo han mostrado ser más de lo mismo. Los peores métodos, los peores vicios y la ausencia de objetivos loables y proyecto de País.

No se debe dejar de destacar la reducción del precio de la nafta, siempre dentro de un plan de campaña que empieza y termina en mayo. Sin logros para mostrar y ante aumentos de todo tipo en tarifas y servicios, apelan a utilizar una empresa pública para dar un mensaje alentador. La nafta bajó. Y aprovechamos para olvidar que durante 15 meses subió en forma sostenida. Por el mismo camino, han anunciado la duplicación de los valores de los planes AUH, justo en mayo. Juegan con el hambre de la gente. Porque si se puede caer más bajo, van y se tiran al pozo.

Han utilizado a la empresa del estado como monigote de campaña. A la manera más tradicional de la Casta, han recurrido a una demagógica y berreta manipulación de los recursos estatales para obtener algún beneficio electoral. Aunque ya nadie lo recuerda, porque los bolsillos siguen tan vacíos como antes, todo eso ocurrió la semana pasada. A principios de mayo. A días de las elecciones en CABA.

El juego de las lágrimas

La vida no son fotos que registran momentos individuales y desconectados. Es una película donde los logros y fracasos se evalúan en el marco de un plan y su desarrollo en el tiempo. Hasta ahora, no existe una línea que oriente las políticas y las acciones. Nada indica que se esté transitando por algún camino marcado por un plan, por un proyecto de país que lleve a Argentina a un destino próspero.

Solo vemos estrategias para rapiñar algo de las miserias que se están disputando en el cotillón electoral. No es un problema de las herramientas. Lo que falla son quienes las usan. “La brújula funciona bien. Lo que está roto es el mundo”, dice Alfredo Favalli, el personaje interpretado por Cesar Troncoso en la versión para televisión de “El Eternauta”.

Son estas las consecuencias de tener la dirigencia política que tenemos y hemos aceptado. Improvisados, inmaduros, caprichosos, soberbios, ausentes y distantes de la realidad que vivimos el común de los ciudadanos.

No es poco el trabajo que nos queda por hacer. Los que aún queremos ver las cosas como son, deberemos desenvainar la espada para afirmar, que el pasto sigue siendo verde. Y nada indica que va a dejar de serlo.